Extiende tus brazos, deja que cubran de vida
las notas que de ellos tintinean
escapan del viento que trata de arrancarlas.
Habla, tu que puedes, con las nubes
pregúntales si todavía no ha venido nadie a buscarlas
deja que el sol destiña los colores
tú que eres nido y a la vez campo
tú que no tienes nombre y eres de todos conocido
deja que los colores oculten al sol
permíteme un cachito más de tu historia
otro capítulo corto donde alguien vuelve a descansar al son
de tus libres pensamientos, de tu memoria
de la vida que brota, de los siglos que pesan.
Puente aún por terminar
quien sabe cuando
tampoco importa
porque ya con mirarte recordamos que hay vida
que el tiempo pasa rápido, aunque no para tí
tú, que te mereces convertirte en poesía
tú, que no te detienes, aunque veas al resto partir.